No todos los alumnos responderán al mismo nivel ni llegarán de la misma forma al objetivo planteado; lo importante es el reconocimiento que se dé ante el esfuerzo y el progreso conseguidos.
Cada alumno tiene su ritmo de aprendizaje, su experiencia previa es distinta, y su tipo de motivación ante la tarea y su nivel de adaptación a la situación presentada, también. Las situaciones que proponemos en las sesiones de Comunicación y lenguaje de Inspira no suponen ni exigen que todos los alumnos respondan al mismo nivel ni lleguen de la misma forma al objetivo planteado.
Por eso, entendemos que, al escribir, todos pueden responder, aunque cada respuesta sea diferente. Por ello las actividades de Inspira permiten una gran diversidad de respuestas. Por ejemplo, si la tarea es reescribir una noticia o un cuento, habrá alumnos que pondrán solo una serie de nombres de los personajes o de las acciones que les parecen importantes. Esos nombres podrán ser escritos con criterios muy distintos de elaboración. Unos escribirán el título, más o menos elaborado. Otros construirán un texto completo. En la misma clase, puede haber niños que escriban cualquier letra –importando únicamente su número y diversidad– y niños que se planteen problemas ortográficos sofisticados o si lleva o no [h] la palabra hombre.
El objetivo es que todos los alumnos se sientan capaces de abordar con éxito la tarea que les proponemos. Y debemos evaluar a cada uno según sus posibilidades así como reconocerle a cada uno los logros conseguidos.
La medida del éxito la da, especialmente, la respuesta que los adultos proporcionen ante el resultado del esfuerzo del niño ante la tarea. Debemos considerar el esfuerzo realizado y el progreso conseguido por parte del alumno con relación a su estado inicial; de esta manera, un niño siempre puede ser valorado positivamente.