¿Cómo es la gradación de los niveles de logro en las rúbricas de competencias en EMAT?

Detallamos los niveles de logro de las rúbricas de evaluación.

EMAT pone a tu disposición unas rúbricas de evaluación, en las que se agrupan las competencias y sus criterios siguiendo los ejes competenciales. Con ellas, podrás comprender los criterios de evaluación de matemáticas y analizar el progreso de los alumnos. Esta información te ayudará a ajustar tu práctica educativa a los diferentes ritmos de aprendizaje a lo largo de los cursos. Las rúbricas están disponibles en el apartado Evaluación de myroom. 

¿Cómo se gradúan los niveles de logro en estas rúbricas?

La distribución de la consecución de la competencia está enfocada en analizar el nivel de habilidades, de ayuda y de transferencia a diferentes contextos que el alumno es capaz de activar para conseguir actuar competencialmente. Es decir, no se trata de mucho o poco, sino de obtener información que ayude a tomar decisiones, de saber qué hacer para que el alumno desarrolle al máximo su competencia.

La gradación de los niveles de logro sigue el siguiente patrón:

  • Novel. El primer nivel está enfocado a comprender el porqué de la competencia (en otros casos, según la competencia, también en la actitud en el momento de abordar el reto). Es decir, nos debemos centrar en si el alumno es capaz de responder a preguntas como: ¿por qué debería realizar y/o actuar así?, ¿es necesario?, ¿en todas las ocasiones?, ¿en qué me ayuda? En este caso, habría que intervenir explicando el motivo de estas acciones, el contexto y sus beneficios. Un alumno que comprende el porqué es capaz de concentrarse mejor en su aprendizaje.
  • Aprendiz. El segundo nivel se enfoca en tener los conocimientos necesarios para poder realizar la acción. Es decir, una vez que sé que es importante, debo hacerlo, pero puedo no saber cómo, me pueden faltar conceptos, procedimientos... En este caso, habría que intervenir en la comprensión de los saberes básicos.
  • Avanzado. El tercer nivel se enfoca en analizar la capacidad o capacidades necesarias para actuar competencialmente y, con relación a esto, qué ayuda necesita el alumno. En algunos grados está expresado remarcando las dificultades y en otros el nivel de ayuda: si necesita la ayuda directa del maestro o la de un recurso o compañero. En este caso, nos centraremos en ayudar al alumno con ayudas que podamos retirar progresivamente.
  • Experto. El cuarto nivel se enfoca, también, en analizar la capacidad o capacidades necesarias para actuar competencialmente, yendo un paso más allá: reconociendo si el alumno puede hacerlo de forma autónoma. En algunos grados está expresado en si capaz de hacerlo autónomamente o, además, en diversidad de contextos o ajustándose al contexto. En este caso, debemos ayudar al alumno a que transfiera sus aprendizajes a otras situaciones y a que sea capaz de leer el contexto para ajustar a este y actuar de manera eficaz.

Según el curso escolar en el que nos encontremos, estos niveles varían si lo que estamos evaluando es la misma competencia (por ejemplo, en sexto de primaria los dos primeros no aparecen y nos centramos más en el nivel de ayuda y en su capacidad para ajustarse a la situación).

Por último, y no menos importante, es necesario aclarar que esta rúbrica es solo una base y que, si no se corresponde con la realidad del aula, debemos modificarla para que responda a las necesidades del grupo clase y a nuestros objetivos como docentes.