El uso tradicional del español escrito (que coincide con el de Europa continental) sugiere utilizar el punto como separador de millares y la coma como separadora de decimales, es decir: 1.000,3 («mil coma tres»).

En los países anglosajones la tradición era precisamente la contraria: utilizar la coma para los millares y el punto para los decimales: 1,000.3 («mil punto tres»).

Como esto daba lugar a confusiones, se creó la norma ISO31:1992 para unificar la escritura a escala internacional. Desde entonces, se utiliza un espacio en blanco para separar los millares y, preferentemente, una coma para los decimales (aunque también se admite el punto): 1 000,3 (preferible) o 1 000.3 (aceptable, sobre todo en los países en los que esta práctica era tradición).

La Academia incorporó esta norma internacional en su Ortografía de 1999 y la ha mantenido en la edición de 2010. Además, las futuras pruebas (como TIMMS y el resto de pruebas oficiales a partir del curso que viene) se regirán por este mismo criterio.